Día de muertos

Noviembre, 2025

El Día de Muertos es una de las tradiciones más representativas de México, ya que honra la memoria de los seres queridos que han fallecido. Esta celebración, llena de color y simbolismo, refleja la forma única en que los mexicanos ven la muerte: no como un final, sino como una parte natural de la vida. A través de altares, ofrendas y calaveras, se mantiene vivo el recuerdo de los difuntos. Además, fortalece los lazos familiares y comunitarios al compartir historias y recuerdos. Esta festividad también es un patrimonio cultural que preserva las raíces indígenas y mestizas del país.

"En el Día de Muertos, los corazones laten al ritmo de los recuerdos y las almas regresan guiadas por el aroma del cempasúchil."

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El Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas y profundas de México, celebrada principalmente el 1 y 2 de noviembre. Esta festividad tiene raíces tanto indígenas como católicas, y su propósito principal es honrar y recordar a los seres queridos que han fallecido. A diferencia de otras culturas donde la muerte es motivo de tristeza, en México se le celebra con alegría, color y un fuerte sentido de comunidad, ya que se cree que durante estos días las almas regresan al mundo de los vivos para convivir con sus familiares.

Uno de los elementos más representativos del Día de Muertos son las ofrendas o altares. Estas se colocan en los hogares o en cementerios y están decoradas con fotografías de los difuntos, veladoras, flores de cempasúchil, papel picado, calaveras de azúcar, comida, bebida y objetos que les gustaban en vida. Cada elemento tiene un significado especial: el agua calma la sed del alma, el pan de muerto simboliza el ciclo de la vida y la muerte, y el copal purifica el ambiente.

Las flores de cempasúchil, conocidas como la flor de los muertos, tienen un papel fundamental en la celebración. Con su color naranja vibrante y su aroma característico, se cree que guían a las almas hacia las ofrendas. Muchas veces se colocan pétalos desde la entrada de la casa hasta el altar, como un camino de bienvenida para los difuntos.

Otro aspecto clave de esta tradición son las calaveras, que pueden ser de azúcar, chocolate, barro o decorativas. Representan a la muerte de una manera lúdica y satírica, muchas veces acompañadas de versos llamados “calaveritas literarias”, que hacen humor de la muerte y de los personajes vivos, como políticos o figuras públicas. Esta visión humorística refleja la relación cercana que el pueblo mexicano tiene con la muerte, sin miedo y con respeto.

Durante estos días también se acostumbra visitar los panteones, donde las familias limpian y decoran las tumbas de sus seres queridos. Llevan comida, música y pasan el día o incluso la noche en el cementerio, en una convivencia que une a vivos y muertos. Este acto es una forma de mantener presente la memoria de quienes ya no están físicamente, pero que siguen siendo parte importante de la vida familiar.

El Día de Muertos ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y más allá de su riqueza estética y cultural, es una muestra del profundo valor que México da a la memoria, el amor familiar y la continuidad entre la vida y la muerte. Es una celebración que invita a reflexionar sobre el pasado, abrazar el presente y mantener vivos a los que ya partieron a través del recuerdo.

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